¿Qué es la piel deshidratada y cómo reconocerla?

La piel deshidratada presenta una disminución del contenido de agua en la epidermis, lo que altera su función de barrera y favorece la pérdida transepidérmica de humedad. Esto se traduce en tirantez, incomodidad y aspecto apagado, sin importar si la piel es seca, mixta o grasa.

Diferencia con piel seca
La piel seca es un tipo de piel determinado por menor producción de sebo; la piel deshidratada es una condición temporal que puede afectar a cualquier tipo de piel cuando carece de agua suficiente.

Factores que afectan la hidratación y el confort de la piel

La pérdida de agua en la piel puede intensificarse por causas externas e internas que alteran la barrera cutánea y disminuyen su capacidad para retener humedad:

Factores ambientales: frío, viento, contaminación, radiación UV.
Factores emocionales: estrés o cansancio.
Productos cosméticos: fórmulas agresivas, detergentes, decapantes, desecantes.
Factores externos: tabaco o alcohol.
Determinados tratamientos con fármacos: para acné o colesterol.

Cómo ayudar a tu piel a conservar la hidratación

Usar limpiadores suaves que no alteren el equilibrio natural de la piel.
Incorporar activos humectantes y emolientes como Ácido Hialurónico, Niacinamida, CB2-Skin™, Bakuchiol, Xylitylglucoside, Manteca de Karité, Aloe Vera.
Resguardar la piel frente a las inclemencias climáticas y la radiación UV.
Optar por fórmulas respetuosas que no comprometan la barrera cutánea.
Mantener una ingesta adecuada de agua y una dieta rica en antioxidantes.
Reducir el impacto de factores internos como el estrés, la falta de descanso.